Mi PATAGONIA 4. (La tormenta)
La tierra, ya no cree; resignada a la sed, es solo polvo; es esperanza que el viento arrastra sin compasión; los animales vagan como en un último viaje.
El silencio se hace más profundo, nada se mueve.
El horizonte es una caravana de nubes hacia una Meca lejana.
De pronto, el oído atento, descubre el vago remolino que anuda jarillas a lo lejos. Es casi un presagio. El remolino se transforma en viento; las nubes se montan unas sobre otras; grises sobre blancas, negras sobre grises; a lo lejos, el primer estallido de cielo relumbra como cientos de soles azules. Es la tormenta de la estepa, poderosa y brutal.
El cielo se abre en trazos azules que centellean como látigos; las nubes, como en un alumbramiento, paren el agua que, al estallar en un llanto primigenio azota con sus lágrimas la cansada tierra.
Colosal y fantástica, el agua arrasa la sequedad; se transforma en charco, se derrama en hilos que corren la pendiente y se ahoga en el cañadon que se encausa turbulento hacia el río. Todo es desborde. Aquí se encausa por un camino, allá se embalsa en laguna efímera, mas allá se despeña suicida por la barda. Parece el caos, el ultimo día, hasta que el viento gira en voluptuosa danza con las nubes y el trueno se transforma en lejanía.
Hacia el oeste el sol asoma portentoso, mientras la tormenta huye hacia otra sed. Un vacilante arco iris se aferra a la oscuridad del cielo.
Fueron solo quince minutos; la tierra vuelve a respirar, los pájaros sacuden sus plumas mientras la vida retoma su curso.
Mañana el suelo volverá a arder, mientras el verano, comienza su lento exilio hacia el otoño. Mañana será la esperanza renovada.
NOTA:
Las tormentas y lluvias en la estepa son de tipo convectivas. De gran potencia y caudal, se descargan en pocos minutos y luego se desvanecen
Etiquetas: Mi Patagonia
5 Comments:
Amo los días tormentosos en la ciudad... me imagino que en el sur, los adoraría.
Besos y lluvia.
Dudi:
Para la proxima tormenta te llamo, pero vos pones las tortas fritas
Besos tormentosos
Me anoto, me anoto!!!
Me ofrezco a amasarlas y todo. El mate, puede ser con burrito?
Hoy hablé con mi vieja. Dice que hacen dos días que llueve. Qué raro, pensé. Ya ni las tormentas son como antes.
Cofla, me hacés viajar con tus letras. Pero no sólo en el espacio. Me hacés viajar en el disfrute, de tan bellas palabras. Escribís muy bonito.
Gracias por eso.
Beso.
Turca:
Vos sos la jefa de la barra...como vas a andar amasando che !!!
Gracias por tus elogios, hasta me pue colorado !!!!!
Besos catrielinos
Pues a mí me encanta la lluvia, me gusta ver llover y también pasear bajo el agua, que ésta me moje la cara y que los charcos ahoguen mis pies, pero no sé si sería capaz de aguantar una tormenta...me dan pánico. Ya estaba sintiéndolo al leerte, pero me gustó bastante pues tenía la seguridad de que los estallidos y relumbrones no me alcanzarían.
Abrazos Cofla.
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