Historia de mi tierra 5 (La frontera - Juan Catriel)

LA FRONTERA -- Juan Catriel " El Viejo"

Continuando con este camino emprendido hacia las raíces de nuestra historia, trataremos de comprender las complejas relaciones predominantes en la zona de frontera en el siglo XIX, para así poder elucidar el accionar de los caciques tehuelches que a la larga darían el nombre a nuestra localidad.
Ubiquémonos en la frontera; es una frontera de guerra. Mas allá de las diferencias de poder entre ambas facciones, que indudablemente hacían prever el final, las relaciones fueron altamente complejas. Alianzas y traiciones, acuerdos de paz incumplidos y reemplazados por nuevos acuerdos nuevamente incumplidos. Enunciaciones de integración incumplidas y búsquedas de acercamiento siempre ligadas a búsquedas de poder. Liderazgos y enconos. Avances y retrocesos. Lealtades étnicas y lealtades personales.

Por empezar debemos aclarar que no hay una frontera que sea fija, al estilo de lo que conocemos hoy como las fronteras internacionales. Es un espacio muy difuso, es una frontera móvil que en realidad no tiene una representación física, sino que es simplemente aquel lugar donde conviven tanto sociedades no indígenas, como sociedades indígenas. Es aquel lugar donde habitan los indígenas en algunos períodos, habitan gauchos fuera de la ley, o algunos que estaban excluidos de la sociedad porteña o iban a la aventura a asentarse en algún lugar.
Puede decirse que esta sociedad de frontera en algún momento fue un ensayo de una sociedad distinta que tenía momentos violentos -porque los malones existían, como los malones del ejército que también existían- pero que también tenía contactos pacíficos, era normal que se realizara comercio. Era normal que hubiera matrimonios o intercambios mixtos.
Esto hay que tenerlo en cuenta, porque la cuestión de la frontera con los indios nunca estuvo separada del resto de la historia nacional. No hay una historia de blancos con blancos y otra de blancos con indios, como se representa en la historia que nos cuentan en la escuela donde los indios aparecen en un momento, y después nunca más. Toda la historia argentina está cruzada con la relación con los pueblos indígenas.
En la década de 1870 están los enfrentamientos por ejemplo entre Urquiza y Mitre. Mitre estaba aliado con Catriel. Urquiza con Calfucurá, y éste atacaba las estancias bonaerenses por ayudar a la estrategia de Urquiza. Y Catriel iba contra Calfucurá, porque era aliado de Mitre...

Hay que tomar en cuenta todos estos cruces y cómo con la intervención y los juegos de alianzas no se puede perder de vista que se trata de sectores que no están en las mismas condiciones para aliarse. Hay presiones y nadie puede decir que estas alianzas eran absolutamente libres y voluntarias tampoco, dado que había una desigualdad en términos del poder real de unos y otros.
En síntesis era una situación mucho más conflictiva y compleja que lo que nos presentan como una cuestión de indios acá y blancos allá, como si todo fuera tan nítido.
La Campaña del Desierto implicó la desaparición de la frontera y con ello lo que se buscó fue la desaparición de la sociedad fronteriza integrada por indígenas, criollos, articulados en varios sectores de la sociedad.
Ya en 1810 se habían establecido por medio del Cabildo de Buenos Aires reglas de convivencia y respeto hacia los indígenas, que lamentablemente quedaron en el ámbito estricto de los buenos deseos.

Es dentro de este marco que debemos analizar por ejemplo los dichos de Juan Catriel (“El Viejo”). Refiriéndose a don Juan Manuel de Rosas expresa:

"Juan Manuel es mi amigo. Nunca me ha engañado. Yo y todos mis indios moriremos por él. Si no hubiera sido por Juan Manuel no viviríamos como vivimos en fraternidad con los cristianos y entre ellos. Mientras viva Juan Manuel todos seremos felices y pasaremos una vida tranquila al lado de nuestras esposas e hijos. Todos los que están aquí pueden atestiguar que lo que Juan Manuel nos ha dicho y aconsejado ha salido bien..." (1)
Y, que cosas importantes lograron los indios además de yerba, alimentos y paz?, pues entre otras lograron salud, pues fueron vacunados contra la viruela. Hasta entonces se habían contabilizado desde el siglo XVI, ocho estallidos de epidemia de viruela entre los tribus que costaron la vida de aproximadamente dos y medio millones de indios.
Don Juan Manuel procedió con el ejemplo y la persuasión.
Rosas le escribió a Catriel: "...Ustedes son los que deben ver lo mejor les convenga. Entre nosotros los cristianos este remedio es muy bueno porque nos priva de la enfermedad terrible de la viruela, pero es necesario para administrar la vacuna que el médico la aplique con mucho cuidado y que la vacuna sea buena, que el médico la reconozca porque hay casos en que el grano que le salió es falso y en tal caso el médico debe hablar la verdad para que el vacunado sepa que no le ha prendido bien, el grano que le ha salido es falso, para que con este aviso sepa que para el año que viene debe volver a vacunarse porque en esto nada se pierde y puede aventajarse mucho. La vacuna tiene también la ventaja de que aún cuando algún vacunado le da la viruela, en tal caso esta es generalmente mansa después de esto si quieren ustedes que vacune a la gente, puede el médico empezar a hacerlo poco a poco para que pueda hacerlo con provecho y bien hecho y para que tenga tiempo para reconocer prolijamente a los vacunados" (2)

También podemos recordar las expresiones de admiración hacia El Restaurador:

"Nuestro hermano Juan Manuel indio rubio y gigante que vino al desierto pasando a nado el Samborombón y el Salado y que jineteaba y boleaba como los indios y se loncoteaba con los indios y que nos regaló vacas, yeguas, caña y prendas de plata, mientras él fue Cacique General nunca los indios malones invadimos, por la amistad que teníamos por Juan Manuel. Y cuando los cristianos lo echaron y lo desterraron, invadimos todos juntos". (3)


… “Y cuando los cristianos lo echaron y lo desterraron, invadimos todos juntos"…y así fue no mas.
Mitre decide dar escarmiento a esos brutos ignorantes que andan asolando los campos de la provincia. Luego de un fastuoso banquete brindado por la Juventud Liberal, Mitre parte al frente de más de 900 hombres de infantería, caballería y dos piezas de artillería, pero al llegar a las proximidades de Sierra Chica, se topa con Catriel y Calfucurá al frente de 500 indios, que le aniquilan la infantería, le toman la artillería y le desbandan la caballería. Mitre y el resto de la tropa que le quedaba apenas pudo salvar el pellejo trepando a la Sierra Chica, inaccesible para la caballería. Los salvó la policía de Tandil que los socorrió y les abrió una vía de escape (se volvieron de a pie). Es curiosa la táctica de Mitre, que sale de Buenos Aires como "caballería" pero regresa como "infantería".





Fuentes:

(1) -. Discurso del cacique pampa Catriel en Tapalqué, celebrando la llegada de Rosas al poder en su segundo gobierno.
(Extraído del libro "Partes detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833, recopilado por Adolfo Garretón, Editorial EUDEBA, Buenos Aires, 1975).

(2) -. CHAVEZ, Fermín, La vuelta de Juan Manuel", Edic. Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1991 o Edit. Theoría, Buenos Aires, 1991.

(3) -. Expresiones del Cacique Catriel, extraídas del libro "Roca y Tejedor" de Julio A. Costa.

www.ctera.org.ar
LENTON Diana, ponencia en la legislatura, 3ras jornadas

Ilustraciones: Carlos Casalla