Chau cine...

“hubo un tiempo
Que fue hermoso,
Y fui libre de verdad
Guardaba todos mis sueños
En castillos de cristal”…

Así cantaba el amigo Charly, a fines de los 70. Más de una vez lo hemos tarareado, caminando en la madrugada, de regreso a casa, con las manos en los bolsillos y el alma llena de esperanza.

Por esa misma época, cuando aun todo era posible, soñábamos un rato con cambiar el mundo, escribir como Cortazar, fotografiar como Raota, y hacer cine como Bergman, Fellini, o Antonioni.

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Era tiempo de la“Peña de cine en súper 8” en la vieja sede de Estudiantes de La Plata y de “cine club” en el ya desaparecido Cine Cervantes; era tiempo de ir los jueves de lluvia al Cine teatro Opera a ver continuado de pelis de terror, mientras esperábamos con ansiedad “la ultima de Bergman”, o las infinitas reposiciones de Antonioni, Fellini y Passolini en el viejo “Cine Select”. De allí, al café del centro, donde nos sorprendía la madrugada, discutiendo sobre el significado, o el mensaje de la película; sobre los encuadres y la fotografía.

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Permanecen intactos en mi memoria, los contrastados y densos blancos y negros de Bergman…títulos inolvidables, de cuando aun los efectos especiales eran vistos como algo sin importancia por “el cine de autor” donde prevalecía el “mensaje”…se me vienen como en tropel: “El Silencio”, “El huevo de la serpiente”, “Un verano con Mónica”, “Persona”, “Gritos y susurros” y tantos mas…
Recuerdo aun, haber visto hasta el hartazgo Blow Up de Antonioni, basado en el cuento “Las babas del diablo” de Cortazar, o “Desierto Rojo”, y por supuesto Zabriskie Point.

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Se mantiene fresca la conmovida emoción de ver por ultima vez, la gastada copia de “Rashomon” de Kurosagua, en el salón de la Escuela de bellas artes, colmado de tal modo que los pasillos estaban repletos de jóvenes sentados que seguían conmovidos las alternativas de la historia, donde se relativiza la verdad. Aun resuena el cerrado aplauso con se cerró la función, la ultima función, como homenaje al maestro Kurosawa.
Eran tiempos distintos, vividos con intensidad y emoción…allá lejos y hace tiempo, cuando aun no había “Hombres de negro” ni “Matrix” ni “Kill Bill”…eran tiempos donde aun no explotaba todo envuelto en llamas, y las películas no se súper poblaban de muñequitos computarizados….

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Hace unos días, perdimos para siempre a Bergman y casi juntito a Antonioni. Nos queda la amarga sensación de haber perdido a amigos de madrugadas y sueños. Nos queda la amarga sensación que nunca mas podremos acceder a la magia de “la ultima de…”
Como en Cinema Paradiso el cine se nos fue.

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