Mi PATAGONIA 7. (El Chañar)
Andando el monte, dominio de jarillas, zampas y alpatacos, llama la atención divisar a lo lejos algunos árboles que se levantan en medio de la estepa. Al acercarnos descubriremos que son chañares.
La estepa alberga dos variedades: El Chañar y el Chañar brea.
Son dos especies magnificas. De muy lento crecimiento, algunos ejemplares alcanzan poco más de 3 mts de alto y su tronco desarrolla (en ejemplares maduros) un diámetro importante. De pocas hojas y grandes espinas, toda su corteza es de color verde, lo que le ayuda en su proceso de fotosíntesis.
Hasta aquí una somera descripción de la especie, pero el chañar, ¿es solo eso?; No, por supuesto que no.
Me atrevería a decir que es una de las “maravillas plásticas” de la naturaleza.
Su tronco es un libro de las batallas que libra para sobrevivir. Retorcido en las formas más inverosímiles, se seca y muestra su vulnerabilidad en su cara sur – oeste desde donde lo castigan los vientos (es casi una brújula). Allí, la lucha es intensa; los vientos y la arena se empeñan en el ataque, pero sobre la herida abierta, el chañar despliega lobuladas capas de corteza que, como escudo, le permiten el milagro de la vida. Si resulta abatido, sus ramas se aferran a la tierra en rebrotes nuevos…sus raíces se extienden por metros y metros, muchas veces fuera del suelo, y renace multiplicado en hijos verdes.
En cada estación adquiere un color distinto; desde el verde puro y brillante, hasta el amarillo dorado, pasando por el dulce canela del otoño. Su cáscara se desprende en espirales al llegar la primavera y desnuda los pliegues que generan la savia nueva.
En primavera estalla en millones de flores amarillas que dan al aire un sabor dulce y penetrante; paraíso de insectos que recogen el néctar. Sobre el mes de diciembre ya está cargado de dulces y maderosos frutos que son devorados con fruición por los loros barranqueros (en clara ventaja numérica sobre quien escribe).
Refugio de animales, freno de las arenas, luchador del desierto, manos que cobijan nidos, belleza que transmuta en más belleza con cada estación, lobo estepario, gladiador del tiempo, o simplemente chañar.
Fotos: El Cofla
Etiquetas: Mi Patagonia
5 Comments:
Esto es "otro mundo" Flaco, es una maravilla, me pierdo entre las fotos y las palabras para al final sólo recordar que todo es tan, tan bello que las palabras se me mezclan, así que me tomaré tiempo para volver a leer y mirar todo desde el principio. Ah!, y no pienses que de tanto que me gusta seré botánica, pues no. Yo siempre dije: "el campo ni para merendar", pero es que ésto no es campo, esto es CREACCIÓN
Ahora he visto que has linkeado mis espacios, sólo me fijaba en tus publicaciones, La sonrisa la doy por terminada aunque aún es objeto de paseos, gracias amable Flaco.
Besos.
Y vos pensabas privarnos por mucho tiempo más de tus fotos y tus palabras si no te insistíamos?????
Quedé maravillada con semejante descripción. No he tenido oportunidad de observar todas las etapas del chañar con tanto detalle.
Imaginaba lo atrapante que podría ser esta secuencia descriptiva, acompañada de tus fotos, por supuesto, si se les enseñara a los chicos de las escuelas de la zona con este material... Yo te propondría...
Besos y gracias otra vez.
Un árbol enorme crece de un tierno retoño. Un camino de mil pasos comienza en un solo paso. LAO TSE
Besos y belleza.
Pegatina:
No es mi intencion que ta hagasss botanica ( yo tampoco lo soy), solo trato de conocer algo sobre lo que amo; recuerda que no se puede amar aquello que se desconoce.
Besos estudiosos
Turca:
Sabes que esa es una vieja aspiracion; poder transmitir a los jovenes aquello que uno descubrio andando su camino, pero lamentablemente no soy maestro.
Besos de jardin de infantes
Duda:
Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino.
Alfred Tennyson
Besos filosoficos
Nunca es tarde, amigo. Nunca es tarde...
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