Por la memoria ( La noche de los lapices)
En la madrugada de ese día, entre las 12:30 y las 5 hs fueron secuestrados de los domicilios donde dormían los estudiantes secundarios y militantes de la UES: Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Ungaro y Francisco López Muntaner. Hoy continúan desaparecidos.
Gritó como nunca por el pasillo largo mientras lo arrastraban a la pieza mugrienta donde se fundían en un hedor único la perversidad y la carne chamuscada. Otra vez los hombres sobre él. El aliento contenido, la picana perforándole la piel, los músculos, la boca siempre abierta y el dolor en oleadas
- No te vas a meter más, pendejo. Ya vas a ver.
Y una descarga. Abría y cerraba las manos para que pararan, pero no había nombres. Lo giraban en el catre, arriba, abajo... Olor a mierda. Abría las manos pero no había nombres.
-¿Así que querés jugar, hijo de puta?
Otra descarga. Como un bramido, escuchó: "Traéme la pinza". Y sintió un tirón brutal en un pie que su grito no pudo cubrir.
-¡Me quiero morir. Me quiero morir ¡ ¡ Por favor, basta, basta.! Y sus alaridos se resolvieron en sollozos.
Por favor... ¡ mátenme!.
Se despertó en el calabozo, ensangrentado, y palpó el vacío de su uña arrancada. La vida y la muerte, el delirio y el tormento se mezclaban como una pesadilla. Al tercer día se enteró sobre otros detenidos. "Por los nombres pude escuchar que ahí estaban Víctor Treviño, Walter Docters, Néstor Eduardo Silva y su novia, a quien decían "la negrita", y José María Schunk, que le decían "Carozo". Había una chica que le decían "la paraguaya", que ellos se jactaban porque había muerto allí. Se jactaban, digo, porque decían: "Se murió, tirala a los perros. Se te murió a vos, dijo uno, enterrala". Pienso que la llevaron al mismo lugar donde me torturaban a mí y ella gritaba. Después vino ése que dijo: "tirala a los perros".
Fue esa noche, o la siguiente, que vino un sacerdote a ajustarle los nudos de la venda y a pedírle que se confesara porque lo iban a fusilar.
-No, padre, que no me maten. Por favor, avise a mi casa, dígales dónde estoy.
-No te hagas el tonto, confesate. ¿En qué andabas?
-Sólo en lo del boleto escolar, en el centro de estudiantes... en serio, por favor, padre.
-No te preocupes, te mandamos a un lugar donde vas a estar mejor que acá.
Lo sacó del calabozo y lo arrastró hacia un muro. Quedó temblando de espaldas al paredón. No estaba solo, había un grupo de chicas que gritaban: "¡Mamá, mamá, me van a matar! ¡Mamá!". Una voz de hombre que repetía: "¡Viva la Patria! ¡Vivan los Móntoneros!".
Sonaron las descargas. ¿De dónde le brotaba la sangre? Lentamente fue recuperando su cuerpo: el pecho, la cabeza, el vientre. No había sangre, no estaba muerto. El terror había congelado los gemidos. Hasta que una voz quebró el silencio.
-Se cagaron, ¿eh? Esta vez se salvaron... Y a vos, ¿te gusta gritar Montoneros?, ahora te vamos a hacer gritar, hijo de puta.
"Habían pasado, yo calculo, cinco o seis días. Podían haber sido siete, no sé muy bien, pero yo había entrado el 21 de septiembre".
Una noche lo trasladaron. Para entonces ya sabía que el lugar que dejaba era Arana la División Cuatrerismo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en 137 y 640, dependiente de la Comisaría 51 de La Plata. También, que uno de los jefes era un tal subcomisario Nogara.
Revista Crisis - Junio1986 - por María Seoane Héctor Ruiz Núñez
Etiquetas: Por la memoria
11 Comments:
Tu post me encanto...
besos
Dantesca experiencia la que sufrieron aquellas personas casi niños aún,... y pensar que por aquél entonces yo también era una estudiante!!
Llama poderosamente mi atención esa pintura que refleja la desolación, la violencia y la degradación humana y se me viene a la cabeza otra obra similar que también surgió como representación de los horrores provocados por otra dictadura.
bs.
Hey hola!!!!
Es terriblmente lo pasado y se agradece tu recuerdo.
Te dejo un beso
Yo tenía la misma edad, más o menos. Y los recuerdos son nefastos. Milicos en el colegio que nos pedían los documentos siempre ( es el día de hoy que si salgo sin documentos entro en pánico), pibes de la colimba armados en la estación de tren de Banfield. Avisos de requisas en el barrio que nunca llegaban, mi vieja tirando libros. En mi casa no se hablaba de eso y cada vez que preguntaba a otra cosa mariposa.
En la facu empecé a militar en la JUP y me cayeron todas las fichas juntas.
Pero ese miedo me quedó grabado, odio a esos hijos de puta.
Duro, además como si los muy Hijos de puta no supieran quien estaba haciendo cada cosa.
Por algo hay tipos muy grosos de los distintos movimientos a los que no los "desaparecieron"
Horrible, y tolmente injusto que los qe hicieron todo esto no hayan recibido la pena qe se merecían. Que detrás de la palabra orden mataban, torturaban, secuestraban a personas solo por pensar.
Ojala no se repita.
Nunca más.
Besos sin olvido ni perdón.
bueno, permiso
Es mi primera vez en este blog... y mierda! que bienvenida!
Por esos tiempos era un boludito de 8 añitos, no tenía idea de la vida y bien que me habían llevado al exilio a las sierras de cordoba, mi viejo era federal y se escapó espantado.
Las fichas comenzaron a caerme en el 83 lamentablemente. Tarde pero seguro.
Por estos días estoy viendo por la tele las lágrimas de ese hombre Díaz y creeme que me avergüenzo de mis pesares boludos y cotidianos, lo que pasaron esos chicos fue dolor del peor. Y a la vez qué orgullo!
Ni perdón ni olvido, juicio y castigo
y castigo
y castigo
y castigo...
Usuario anonimo:
Gracias
Pegatina:
La bestialidad y la locura no reconocen fronteras y el arte tendra oportunidad de representarlas en cualquier confin del planeta.
Mi otro yo:
Es necesario el recuerdo.
Gracias
Alex:
Creo que ya te lo habia mencionado, pero te repito..."tenemos mucho en comun"
Caracol:
Mas alla de grosos o perejiles, nadie merecia pasar por esto.
Gracias por tu comentario y tu presencia
Thais:
Esta en nosotros, en el diario ejercicio de la memoria y en la constante lucha por la vida, que esto no se repita.
Dudi:
Tu sintesis es un grito
Besos
Gabriel:
Un gusto que hayas llegado a este pequeño rincon.
No debemos avergonzarnos de nuestros padeceres cotidianos; son tan reales como cualquier otro; solo mudan las circunstancias historicas y sociales. El no haber vivido esa epoca pero ser capaz de sentir la angustia y el dolor, hablan de lo grande de tu alma.
Un abrazo
NOTA:
Luego de navegar infrutuosamente buscando un fotoblog donde subir mis imagenes complementarias de los post de El Cofla satelital, he abierto un nuevo blog donde pondre todas esas imagenes. La direccion es:
http://coflafotos.blogspot.com/
Alli encontraran solo imagenes, sin palabras. Espero las disfruten.
El boton de la parte superior los llevara a la pagina.
Un abrazo para todos.
Yo era otra boludita de 8 años... y en Catriel!!!!! Vos sabés...
Por eso, cuando en un cine de Cipolletti o Neuquén, con mi noviecito de la adolescencia vimos "La noche de los lápices", sin siquiera terminar de entender mucho lo que estaba pasando en realidad, lloré tanto, fue tanto el dolor en el pecho, tan grande la angustia, que el chico se asustó muchísimo, y me querí llevar al hospital. En fin...
Como dice Dudi, besos y nunca más...
Me voy a ver tu nuevo blop :)
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