Catriel, poetas y poesia 1

TALLER LITERARIO AUTOCONVOCADO:
"LA FRASE".
POETAS DE CATRIEL

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.Imagen de: Maurits Cornelis Escher

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En oportunidad de la muestra de literatura de cordel, LETRAS FUGITIVAS, realizado el sábado 16 próximo pasado, los organizadores me obsequiaron una breve ANTOLOGIA de los autores que componen el “Taller literario auto convocado: LA FRASE”.

Esta Antología, que se presenta bajo el nombre de MARTES LITERARIOS, reúne trabajos de: Eduardo Lagos, Viviana Germanier, Paula Fava, Cristina Corsino, David Fuster y una producción colectiva.

Inicia con una BREVE RESEÑA, que transcribo a continuación:

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“El 16 de febrero de 2004, un grupo de personas nos reunimos sin mas intención que escribir y compartir nuestro amor por la lectura y la escritura.

Desde entonces, hasta la fecha, nos hemos juntado con el fin de perpetuar los “Martes literarios”, que de a poco han tomado el carácter de Taller, brindando la posibilidad de aunar ideas, vivencias y experiencias que intentan no quedar reducidas al espacio del grupo, sino que como tal contiene el deseo de extenderla a la mayor parte de la sociedad a través de diferentes muestras y eventos.

Esta primera antología de escritos viene a cumplir con ese rol fundamental.”

Es una edición breve, humilde, pero que me atrevería a calificar como “pura”. No hay detrás de ella ningún interés económico ni de fama; solo existe el deseo y la voluntad de poner palabras en los otros; de acercar sueños y sentimientos de “vecino a vecino”.

Quizás parezca poco, pero en los tiempos que corren, poner la VOLUNTAD y la ACCION de llevar sus sueños hechos palabras a aquellos que hemos sido negados de tan bello don no es poca cosa…se me ocurre que por mas que resulte una frase trillada, constituye un “acto de amor”.

En retribución (pues así deben ser las acciones: “de ida y vuelta”), en los próximos días comenzare a publicar en este espacio todos los poemas que conforman esta bella antología. Tratare de ilustrarlos en la medida de lo posible y aparecerán en el mismo orden en que se encuentran en su edición impresa.

Es solo una forma de decir GRACIAS…y que bueno seria que lo dijésemos mucho más a menudo.

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Mas poesia de Catriel: RESCATES
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Poema de una amiga

Este poema pertenece a una querida y lejana amiga. Me he tomado el atrevimiento de publicarlo e ilustrarlo.

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. .Carrusel, globos y tristeza (click para ampliar)

CALESITA DE RECUERDOS

Recuerdos galopan
al son de las notas de la calesita,
al pronto se escapan, cual globo
de la tierna mano de un niño,
Y se descubre perdido

...nos descubrimos
con las manos vacías

interrogándole al cielo.
¿Por qué me abandona?,
dirá el angelito
sin saber que se lleva
su poca paciencia,
su mucha inocencia

... escapa su globo,
escapan las lágrimas
el globo se pierde
en su infinita mirada
y va descubriendo
que las cosas se marchan,
sintiéndose libres,
a la soledad.

Por espirales de ausencias
el globo ya va,
el globo se escapa,
el niño se aleja,
explosión de color
en sus lágrimas queda.

(tras mi sonrisa, recuerda, el tiempo y yo lloraremos)
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Gracias Pegatina

Imagen:El Cofla

Catriel, sabado y poesia

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Este sábado que paso, se desarrollo en Catriel la muestra internacional “Letras fugitivas”; VI Muestra de literatura de cordel. No voy ha realizar ningún análisis ni critica al respecto. Creo que comentarios mas acertados serán realizados por Néstor.

Me limitare aquí a volcar solamente mis experiencias, como mero espectador de la muestra.

Debo reconocer que la plaza lucia distinta. A la caída del sol, las blancas hojas resplandecían bajo la luz intensa; una suave brisa las balanceaban y extrañas alas parecían flotar en el intenso contraluz.

Leí muchísimas (casi todas las colaboraciones que llegaron) y eran más que abundantes. Cosa extraña eso de salir por la tarde, sin prisa, a detenerse a leer un poema. En este mundo de horarios, apuros, y tecnología, una simple hoja de papel era capaz de detener el tiempo y transportarnos a lejanías y cercanías. Creo que resultaba casi surrealista.

Había trabajos y selecciones de los más diversos lugares y de los gustos más disímiles.

Aquí y allá, chiquitines correteando tras una pelota o con sus bicicletas, iluminaban las transparentes hojas con su risa.

Cada poema leído era una puerta que se abría a distintos senderos desconocidos. Nombres conocidos, vecinos de este pequeño pueblo que sueña con grandezas de ciudad.

Como serán los instantes en que mi vecino se sienta a desgranar sus letras?...cuantas cosas lo movilizan que desconozco?...cuantos sueños y cuanta vida ocultas detrás de ese circunspecto y formal : “buen día” que cruzamos circunstancialmente en la calle…

Como serán los instantes en que mi vecino se sienta con su libro a leer?...será en las madrugadas?...será cuando el sol cae?...que emociones estremecen su alma cuando la poesía le susurra en los oídos para filtrarse hasta el alma?

Me senté lejos y solo; últimamente eludo las multitudes por más que sean pequeñas y conocidas.

Desde mi puesto de observación (y seguramente de observado) podía ver los visitantes que iban y venían. Los organizadores: nerviosos, contentos y ajetreados. Un pequeño grupo charlando afablemente mientras el mate circulaba de una mano a otra. Mas allá los que trataban de hacer que el sonido fuese eso y no solo estridencia y ruido.

Un pequeño grupito de adolescentes se acerca, lee algo, se ríen entre ellos…siguen caminando; algunos intentan acercarse a leer nuevamente pero el grupo es mas poderoso y se alejan entre risas y empujones.

Una joven madre con su hijo de unos 3 años, que intenta leer mientras su vástago corre de aquí para allá; finalmente el niño puede más y tomándolo en sus brazos se aleja de la plaza con paso rápido. Un matrimonio mayor lee con dificultad; saludan cortésmente a quienes pasan y su lectura es distraída por charlas con otros transeúntes. Finalmente se encuentran con amigos y, formando un pequeño grupo, se ponen a conversar a un costado de la plaza, entre la sombra y la luz naranja del sol que va cayendo.

Algunos se acercan con un estereotipado “aire intelectual”; con el expresión adusta leen en silencio todas y cada una de las hojas, y los movimientos suaves de su cabeza, parecen aprobar o desaprobar lo leído.

Con paso seguro, otros van directamente a uno de los extremos del cordel e inician una minuciosa y concentrada lectura…a poco andar, se observa que miran con cierta aprensión, el lejano extremo de la cuerda de donde pende la última hoja. Pereciera que cuanto más avanzan en la lectura, mas se aleja el final. Algunos, estoicamente, alcanzan la lejana meta y, una vez alcanzada, desaparecen con paso apretado; otros muchos ven la tarea como imposible y sobre la mitad de la lectura, comienzan a mirar hacia un lado y otro hasta que finalmente se alejan como si hubiesen arrojado una piedra a un ventanal.

Con el correr de la tarde, la concurrencia es mas nutrida y diversa…charlas por todos los rincones, niños jugando, parejas abrazadas que pasan indiferentes a todo aquello que no sea su mundo. Ropas informales y vestidos largos se mezclan como en un escaparate improvisado. Una estatua viviente (cosa que nunca logre entender) llama la atención de los chicos y de unos cuantos grandes. Música de fondo con canciones de León Gieco, de los Parra y muchos otros, tiñen la tarde de americanismo.

Hay un clima de fiesta; de fiesta mansa y rica, fiesta de la gente. Poemas que esperan con los brazos abiertos la vista ávida de emoción y descubrimientos.

Expresión cultural de un pueblo que no se resigna a “lo oficial” y traza brechas en busca de sueños distintos.

Alguien dijo: “No hay nada mas sin apuro/ que un pueblo haciendo su historia…”; no se si un poema es capaz de cambiar la historia; si tengo la plena seguridad que ilumina los caminos construidos y transitados.

LITERATURA DE CORDEL

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El día 16 de febrero, se realizará en Catriel la muestra Internacional "Letras fugitivas" -VI Muestra de Literatura de Cordel- este año declarada de Interés Municipal

Para participar sólo hay que enviar de 5 a 10 textos escritos en hoja A4, fuente 14, como archivo adjunto a la dirección de correo paulifava@yahoo.es en asunto: Letras Fugitivas, antes del día 15 de febrero

Los textos no deben sobrepasar una carilla. Pueden ser propios o de otros autores. Es importante detallar al pie el nombre del autor o quién lo eligió, localidad y provincia a la que pertenece.

Todos los textos serán enviados a las diferentes sedes (Neuquén, San Martín de los Andes, Paraná, México y Chile)

Este año la muestra se realizará en la Plaza San Martín a partir de las 18 hs y nos acompañaran Ernesto Viñals (escritor Uruguayo), Pablo Montanaro (escritor y periodista de la ciudad de Neuquén) y la murga Cura Queupu de General Roca

Esperamos ser muchos vistiendo de papeles la plaza!

Agradezco ayuden a difundir y los textos que envíen

Paula Fava

Todos los lectores y amigos de este blog, pueden enviar sus trabajos

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Historia de la Literatura de Cordel

El origen de la LITERATURA DE CORDEL se ubica en el siglo XVI en la península ibérica. Durante el medioevo los poetas populares utilizaban este medio para contar casos verdaderos o ficticios relacionados con la cultura de determinada región. Se lo llama Literatura de Cordel porque las hojas se encontraban colgadas en cordeles o sogas en las plazas públicas y las ferias populares.

Esas composiciones impresas eran conocidas como "pliegos sueltos" en España y "hojas volantes" en Portugal; a través de su práctica se transmitían cantos profanos, sátiras, y se ironizaba sobre los poderes políticos (sobre todo el de la iglesia católica medieval) de la época. Era una alternativa barata, muchas veces manuscrita (se relaciona su origen en el proceso de "secado" de los libros escritos por los monjes) y que acercaba la producción literaria (anónima o de autor) al pueblo. Es una práctica contemporánea a los juglares y los trovadores. Generalmente se acompañaba de grabados que promocionaban las situaciones relatadas.

Asfaltando recuerdos

Click para ampliar

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Puede parecer intrascendente y más parecería una noticia del diario local que un post:

“AYER ASFALTARON MI CALLE”.
Mientras tomaba unos mates observaba como las maquinas iban terminando de cambiarle la cara al barrio. Algunos vecinos me imitaban y mate en mano observaban con atención las repetidas idas y venidas de las pesadas maquinas; en otra esquina otro grupo mantenía una intensa conversación “técnica” en la cual se discutían las bondades y “contras” de la tecnología de asfaltado, aunque entre optimistas y pesimistas la ocasión resulto propicia para charlar hasta bien entrada la tarde.

Por la noche la calle se pobló de gritos y risas de los chicos del barrio recorriendo incansablemente la novedad con sus bicicletas. Tampoco falto la sonrisa “canchera” de los primeros que sacaron sus autos para “estrenar el asfalto”.

Viendo a tantos chicos girando y gritando y poblando la calida noche con sus risas, se me dispararon algunos recuerdos.

Hace unos 32 años, con mucho esfuerzo y ahorrando peso sobre peso, conseguimos juntar para comprarnos un terreno donde construir nuestra casa. Por ese entonces ya habíamos decidido quedarnos a vivir en esta tierra. Eran tiempos difíciles y cada decisión costaba enormemente, pues sentíamos que se iban cortando los lazos con nuestra querida ciudad de La Plata y se abría ante nosotros un proyecto de vida nuevo y por lo tanto incierto.

Creo que siempre agradeceré la expresión (fingida) de mi esposa, aprobando el lugar elegido para erigir nuestro hogar. Era en las afueras del pueblo. Aun estaban los rastros de una antigua acequia, que ahora yacía abandonada por los nuevos proyectos de “urbanización”. A cierta distancia, unos añosos sauces llorones daban sombra a la tierra reseca y despareja; entre medio una prolija hilera de viejos álamos marcaba el limite de alguna antigua chacra. Un poco más allá, los árboles se iban perdiendo en el pichanal.

Eran solo unos pocos vecinos los que se asomaban a “curiosear” al nuevo del barrio.

El lote estaba terriblemente desnivelado. La acequia lo cruzaba en diagonal, justo por el medio, como una de esas cicatrices que deja el progreso. A ambos lados, viñas abandonadas y retorcidas, se esforzaban aun por dar unas dulcísimos uvas, por las que competían afanosamente los pájaros y los niños.

Después, lo de siempre; ladrillo sobre ladrillo levantando la casa. Cada hilera levantada se poblaba de sueños y proyectos…”aca van a dormir los chicos”…”aca vamos a tomar mate juntos”…”aca vamos a sentarnos a leer y escuchar música”… “a la sombra del sauce vamos a hacer el asadito los domingos”…

De a poco pasamos a ser uno más del barrio incipiente. Los niños jugaban en la polvorienta calle y el tiempo pasaba sin darnos cuenta…entre medio, quedaron algunos logros, algunos sueños cumplidos y muchos otros que aun se niegan a ser dejados de soñar.

Hoy, los vecinos son aquellos niños que correteaban por la calle justo a la hora de la siesta y cuyos hijos poblaron la otra noche la calle. Hombres gastados por el trabajo de campo algunos, otros que vienen de visita para las fiestas y casi no logramos reconocer.

Hoy, por esta misma calle que oculto su tierra y sus piedras como queriendo olvidarse de donde vino, vienen caminando mis nietos que espían curiosos lo que este abuelo jubilado escribe en la computadora…preguntan, respondo, escuchan, reímos y mas de una vez, algún viejo sueño se me viene a la cabeza…ellos lo saben, por eso quedan un momento en silencio…muchas veces vuelvo a tener 21 años y vuelvo a pegar ese primer ladrillo, mientras por la calle alguna camioneta llena de tierra el aire de la tarde.

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Imagenes: el Cofla